Casi nunca nos paramos a leer los compuestos que forman las cremas y exfoliantes. Si lo hiciéramos nos daríamos cuenta de la cantidad de ingredientes naturales que nos servirían para vigilar nuestro bienestar. Un claro ejemplo es lo que pasa con la leche y sus propiedades, conocemos muy pocas. Solo sabemos que el calcio que contiene es imprescindible para nuestros huesos pero se nos escapan sus propiedades para el cutis.
Solo necesitas, una cucharada de azúcar, una cucharada de leche entera, el zumo de medio limón y tres cucharadas de agua. El procedimiento es muy fácil. Tienes que echar primero el aguay luego añadir la leche con el limón. Al mezclar estos dos ingredientes lo que se consigue es la leche agria, que es lo que produce el ácido lácticto. Y luego se añade el azúcar, que es lo que nos va a ayudar a librarnos de las células muertas de la piel. Cuando hayas mezclado bien todo y quede homogéneo, aplícalo sobre la piel limpia (previamente lavada con agua y jabón) con un papel, un algodón o las yemas de tus dedos. Tienes que masajear la zona sobre al que quieras dártelo con masajes circulares, muy suaves, sin tirar de la piel. Hay que dejar que la mascarilla esté un máximo de diez o quince minutos y luego se quita con abundante agua.
Eso es todo. Fácil, ¿verdad? Lo único con lo que hay que tener cuidado con este remedio natural es con la exposición al sol. Se supone que no se debe exponer al sol pero si es algo imprescindible, ya que ahora estamos en verano, hay que aplicarse siempre el protector solar antes de salir de casa. Esto solo se debe tener en cuenta durante el día, una vez que pasen 24 horas después del tratamiento, se podrá tomar el sol sin problemas.